Los trastornos del gusto son comunes en adultos y pueden ser causados por varios factores, tales como:

Infección: las infecciones bacterianas, virales o fúngicas de los dientes o las encías, la boca y la garganta pueden causar hinchazón, reducir el flujo de sangre a las papilas gustativas y/o producir sustancias químicas que alteran el gusto. Algunos trastornos genéticos también pueden hacer que algunas personas tengan antojo de alimentos dulces, lo que puede provocar infecciones dentales que pueden causar aún más problemas de sabor.

Inflamación: la hinchazón de la lengua puede hacer que los poros gustativos se cierren. Esto a veces puede indicar deficiencias vitamínicas, como la falta de B12.

Deficiencias de vitaminas o minerales: las deficiencias de vitaminas B, especialmente B12, así como de ciertos minerales como el zinc, se han asociado con la pérdida del gusto. Los suplementos generalmente pueden revertir esto.

Boca seca: la boca seca, o xerostomía, puede ser el resultado de ciertas enfermedades, como el síndrome de Sjogren (en el que el cuerpo ataca sus únicas glándulas salivales), medicamentos comunes como diuréticos o los de la radioterapia para el cáncer. Sin la cantidad adecuada de saliva, es posible que la comida no se disuelva lo suficiente como para estimular los receptores del gusto.

Más causas…

Efectos secundarios de los medicamentos: una variedad de medicamentos pueden causar problemas de sabor. Los más comunes incluyen inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), como lisinopril o captopril; antibióticos como amoxicilina, claritromicina y metronidazol; diuréticos tales como acetazolamida e hidrocloratiazida; y agentes de quimioterapia, tales como bleomicina y carbo/cisplatino.

Daño o traumatismo nervioso: el nervio que inerva la parte frontal de la lengua viaja a través del oído y se separa del nervio facial. Como resultado, la parálisis de Bell y algunas cirugías de oído pueden causar pérdida del gusto. Además, cualquier lesión en los otros nervios que se encargan del gusto debido a un traumatismo o una cirugía en el cuello también puede causar este problema.

Trastornos neurológicos: como se observa con la pérdida del olfato, ciertos trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson se han asociado con una disminución del gusto.

Trastornos metabólicos: la enfermedad renal, la diabetes y el hipotiroidismo pueden causar trastornos del gusto que pueden revertirse cuando se tratan.

Consumo de tabaco: las sustancias químicas activas del tabaco, así como los cambios que se producen en la superficie de la lengua y la garganta debido al consumo de tabaco, pueden cambiar la percepción del gusto.

Reflujo ácido o ERGE: el ácido estomacal y las enzimas estomacales pueden afectar el funcionamiento de las papilas gustativas. A menudo, las personas con reflujo ácido o ERGE se quejan de un sabor «salobre» o agrio.

Envejecimiento: el sentido del gusto puede disminuir con la edad, aunque esto es menos común que la pérdida del olfato.

Covid’19: la pérdida del olfato y del gusto es uno de los síntomas característicos de la Covid’19. Según los estudios realizados en diferentes países afecta entre un 5 a 85% de las personas infectadas por el coronavirus. Además, entre ellos, en más del 90% de los casos el deterioro se produce en los dos sentidos.